Parte 4 de 5

Educación popular y liberadora vs Educación autoritaria

¿Por qué necesitamos un nuevo modelo de educación?

La agroecología vinculada a la educación popular

El dialogo instrumento fundamental

Para llegar a la conciencia crítica – entendida como conciencia articulada con la praxis – es imprescindible el diálogo, el habla y la convivencia.

El dialogo es una relación horizontal – nadie sabe más que los otros, nadie tiene más que los otros, todos aprendemos juntos.

Para que este dialogo sirva realmente a la transformación del mundo y por ende a la liberación de los hombres y las mujeres, debe nutrirse de varias características.

• Amor: No hay dialogo si no hay un amor profundo al mundo y a la persona, el amor supone e implica compromiso con los otros.

• Humildad: Tampoco hay dialogo si no hay humildad. La autosuficiencia es incompatible con el diálogo pues las personas que carecen de humildad no pueden acercarse al pueblo

• Fe: No hay diálogo si no existe una intensa fe en la persona; fe en su poder de hacer, de crear y de recrear; en su vocación de ser más, que no es privilegio de algunos si no derecho de todos. Sin fe en las personas el diálogo se convierte en una manipulación paternalista.

• Confianza: La confianza hace qué los sujetos se sienta cada vez más compañeros en la transformación del mundo, la confianza implica qué no puede existir la palabra desligada de los actos. Decir una cosa y hacer otra rompe la confianza.

• Esperanza: La esperanza supone lucha, implica la búsqueda constante de la humanidad, qué se nos niega en la injusticia y la explotación

• Criticidad: No existe diálogo si un pensar crítico. Sin pensar crítico no hay comunicación y sin comunicación no hay educación.

Fortalecer la resistencia de los cultivos con prácticas culturales de fertilización y control de plagas con métodos agroecológicos.

Todo productor sabe que si no protege sus cultivos de las malezas, plagas y enfermedades puede perderlos o conseguir muy bajos rendimientos. Las malezas le quitan nutrientes al suelo, espacio para crecer bien y dependiendo de la altura, pueden sombrearlos impidiéndoles su desarrollo.

Las plagas son diversas: animales (conejos, ratones, etc.) pájaros, insectos y arañas. Ellos atacan los cultivos y frutales para comerse sus hojas, tallos, frutos o granos, y las enfermedades (bacterias, hongos y virus) los infectan no dejándolos producir o matándolos. Pero es importante resaltar, que sólo una pequeña cantidad de insectos y microorganismos existentes en el predio son realmente dañinos.

Todo lo que se llama plagas o enfermedades que aparecen en los cultivos, existen también en la naturaleza. Si se trata de un bosque nativo, son parte de él. A primera vista parecería que no fuera así. Es necesario hacer un esfuerzo para poder descubrirlas. Lo que sucede es que no hacen un daño que se note, que sea importante, porque nunca aumentan en gran cantidad.

Y lo anterior se debe a que todo insecto tiene a otro insecto, o a otro ser vivo, que lo controla de diversas maneras. Es su “controlador” o “enemigo natural”. En la naturaleza el control es interno. En la agricultura convencional el control es externo, es el productor el que hace el control de las plagas enfermedades y malezas. Los sistemas agroecológicos lo que buscan es disminuir el control externo y crear las condiciones para que sea reemplazado por el control realizado por los diversos seres vivos que existen en el campo.

Por eso no se habla de terminar con las malezas o los insectos plagas. Si eso fuera posible significaría en la práctica acabar con la naturaleza, terminar con la vida en la Tierra. Se habla de manejarlos para impedir que hagan un daño que afecte económicamente al productor.

En la agricultura convencional no se le da importancia a la manera como la naturaleza consigue que nadie se convierta en plaga. Por esta razón realiza prácticas que terminan por favorecer su aparición y desarrollo en el campo.

Lecturas de Apoyo